Soy Charly, y estoy condenado a morir. Se que me queda poco tiempo, y me gustaría compartir mi poca existencia y como será el final de mi vida, contigo. El diagnostico que me llevará a la muerte, es Leishmaniosis canina. Los humanos han provocado mi nacimiento y luego se han deshecho de mi. Un caso entre muchos, pero es mi piel la que se pudre, mis riñones los que fallan, mis defensas las que me abandonan. Quiero hablarte de mi en primera persona, porque quien me da voz, me conoce bien y sabe que mi deseo mas profundo, es que nunca mas suceda a otro lo que me está pasando. ¿Habría podido evitarse? Sí. Mi muerte no estaba escrita, fue redactada por la indiferencia y el abandono, por la falta de recursos, por la falta de consciencia... Soy solo un chucho... Mi vida no vale nada para la sociedad, pero para mi es importante, como lo es para todos los individuos que tienen alma, como nosotros, los perros... Sufro, siento, amo, respeto, admiro, obedezco, soy inteligente y sensible, me he reeducado para que una familia me quisiera, un hogar que nunca llegó... Tengo tanto que dar, pero todo ese amor tendré que llevármelo conmigo cuando me vaya. Ahora me centraré en poner todo mi empeño y voluntad. Lucharé por un milagro que salve mi vida, mientras devolveré todo el amor que estos seres humanos me están dando... No me olvides, porque yo no lo haré.
Soy un chucho, o eso dicen. Imagino que se refieren a que no tengo raza... ¿A caso los que no tenemos sangre pura, somos menos valiosos?... Es algo que de los humanos, nunca entenderé... Me llamaron Charly.
Vagaba asustado por las calles de un pueblo de Córdoba, me tiraban piedras y me pegaban con la escoba. Solo quería relacionarme con los bípedos, pero ninguno entendía mi señales de calma. Al intentar acercarme a ellos, recibía desprecio y dolor. Acabé teniendo miedo a los bípedos de estatura bajita, entre ellos lo llaman 'niños', y a las mujeres. Intenté juntarme con otros perros pero todos me gruñían, ellos tampoco entendían mi lenguaje. Así preferí la soledad, y me aislé. Una hembra humana, empezó a darme comida, era la única que tuvo piedad de mi. Empecé a engordar un poquito...
Al fin me acogieron en un hogar. Me comí dos cuencos enteros de comida riquísima. Del tremendo cansancio y con la barigota llena, dormí durante días en una cama mullida y al calorcito. Me sentía protegido por primera vez en mi corta vida, y por primera vez, soñe...
En esta casa de ya me atrevía a llamarla mi amiga humana comenzaron a enseñarme como comportarme, lo que ellos llaman adiestramiento.
Las personas en general me dan pánico, pero los niños más. Incluso dentro de mi refugio, donde me siento seguro, temblaba. No podía soportarlo.
Con ayuda, porque curiosamente se recibe de la gente que valora una vida de un chucho como yo, me rehabilitaron, lo pasé muy mal, me tuve que enfrentar a cosas horrorosas para mí, mi compañera humana siempre estuvo ahí en todo momento, eso me dio fuerzas. Ella tampoco estaba sola, la Asociación EtiKanimal le guió en cómo ayudarme.
Durante 8 meses de terapia y acogida en esta casa, nadie preguntó por mí, soy un simple chucho de tantos que las personas hacen criar sin miramientos. Ya estaba preparado para la segunda parte que era ir a la protectora. Mi evolución fue estupenda. Los voluntarios que me paseaban me ayudaron MUCHÍIIISIMO, y por desgracia para Leo aunque por suerte para mí, Leo fue devuelto por sus adoptantes y compartimos jaulas. Estaba con mi gran amigo Leo. Esta foto describe un gran trabajo de todos. La Protectora de Tarragona es mi segundo hogar.
Ahora tengo esta realidad: leishmania con afectación de riñones. Mi estado es grave. Mi ex casa de acogida me ha llevado de nuevo con ella. No quiero estar solo y ella lo sabe. Se que juntos haremos este viaje hasta donde lleguemos. No pretendo ser un héroe, sí pretendo que si muero sea un símbolo para mentalizar a los humanos de que los chuchos también sentimos y sufrimos, aunque no seamos de raza. Comparte mi historia.
Soy un chucho, o eso dicen. Imagino que se refieren a que no tengo raza... ¿A caso los que no tenemos sangre pura, somos menos valiosos?... Es algo que de los humanos, nunca entenderé... Me llamaron Charly.
Vagaba asustado por las calles de un pueblo de Córdoba, me tiraban piedras y me pegaban con la escoba. Solo quería relacionarme con los bípedos, pero ninguno entendía mi señales de calma. Al intentar acercarme a ellos, recibía desprecio y dolor. Acabé teniendo miedo a los bípedos de estatura bajita, entre ellos lo llaman 'niños', y a las mujeres. Intenté juntarme con otros perros pero todos me gruñían, ellos tampoco entendían mi lenguaje. Así preferí la soledad, y me aislé. Una hembra humana, empezó a darme comida, era la única que tuvo piedad de mi. Empecé a engordar un poquito...
Esto comenzó como la película "cadena de favores". Una persona en la otra punta de España se ofreció a acogerme en su casa a través de una protectora. Viajé 1000 kilómetros para encontrarme con ella. El primer paso fue mi reconocimiento veterinario...
... No se si seguía soñando, pero cuando mis sentidos despertaron, me di cuenta que esa cálida mano, era real. Sentí que de esa humana podía fiarme, y me abandoné a esa caricia tan reconfortante... ¿Había encontrado mi lugar en el mundo?...
... De repente no estaba solo. Kibo, fué mi mentor y mi amigo. Era un mestizo como, pero de Bobtail, así lo definen los humanos, para mi solo era un peludo equilibrado y su compañía me reconfortaba. El vagabundeó durante 1 año por los pueblos, mojándose, esquivando las piedras, hasta que mi madrina humana le acogió tambien. Kibo me enseñó mucho. Sabía por lo que había pasado, porque su vida tampoco había sido fácil...
Tenía debilidad muscular por el hambre que pasé, la humana me hacía ejercicios para coger fuerza en las patas traseras.
... Llegó la que los humanos llaman Navidad. Me pusieron esa cosa en la cabeza, pero no me importó, porque hacerlo hizo sonreír a mi salvadora... Y lo que mas deseo es que sea feliz. Es muy bonito querer, calienta el corazón...
... Por primera vez, me relajé. El miedo empezó a darme una tregua, y con la seguridad en mi, empecé a crecerme, ademas, quería proteger a mi salvadora y mi conducta ya no fue tan pacifica... Descubrí que soy un chico con mucho carácter, y lo demostré, pero eso creó problema en mi nueva manada mixta...
Este es mi amigo Leo. Mi hermano, mi compañero... Mi todo... Ojalá lo hubiera tenido cuando vagabundeaba sin rumbo por las calles... Mi corta vida habría sido menos solitaria... Te quiero Leo, y sabes que será hasta mi ultimo aliento...
Mi amigo Leo también fue adoptado... Se fué y cuando se marchó, entró Boris. El negro que veis escondido en la sombrita... Uno a uno, todos se iban. Pero en mi, nadie se fijaba. Empecé a preguntarme qué tenía de malo, para que nadie preguntara por mi.En esta foto estamos de paseo por el campo con mi amiga galga Nelly... Esos paseos serán un recuerdo imborrable de mi memoria.
En esta casa de ya me atrevía a llamarla mi amiga humana comenzaron a enseñarme como comportarme, lo que ellos llaman adiestramiento.
En el primer paseo por la ciudad ya vieron que tenía pánico, que no soportaba estar ahí, que tenía mucha inseguridad, las personas me daban mucho miedo. El ir en manada no me ayudó.
Las personas en general me dan pánico, pero los niños más. Incluso dentro de mi refugio, donde me siento seguro, temblaba. No podía soportarlo.
Con ayuda, porque curiosamente se recibe de la gente que valora una vida de un chucho como yo, me rehabilitaron, lo pasé muy mal, me tuve que enfrentar a cosas horrorosas para mí, mi compañera humana siempre estuvo ahí en todo momento, eso me dio fuerzas. Ella tampoco estaba sola, la Asociación EtiKanimal le guió en cómo ayudarme.
Durante 8 meses de terapia y acogida en esta casa, nadie preguntó por mí, soy un simple chucho de tantos que las personas hacen criar sin miramientos. Ya estaba preparado para la segunda parte que era ir a la protectora. Mi evolución fue estupenda. Los voluntarios que me paseaban me ayudaron MUCHÍIIISIMO, y por desgracia para Leo aunque por suerte para mí, Leo fue devuelto por sus adoptantes y compartimos jaulas. Estaba con mi gran amigo Leo. Esta foto describe un gran trabajo de todos. La Protectora de Tarragona es mi segundo hogar.
Ahora tengo esta realidad: leishmania con afectación de riñones. Mi estado es grave. Mi ex casa de acogida me ha llevado de nuevo con ella. No quiero estar solo y ella lo sabe. Se que juntos haremos este viaje hasta donde lleguemos. No pretendo ser un héroe, sí pretendo que si muero sea un símbolo para mentalizar a los humanos de que los chuchos también sentimos y sufrimos, aunque no seamos de raza. Comparte mi historia.
Un perro es mi compañero por su mirada, su cariño y su nobleza...ninguna de estas cualidades entiende de razas. Y no hay mas mestizos q los humanos, no lo olvideis!
ResponderEliminarcharly segun he visto la cuidadora que lo cuidaba cuando salian a pasear con los demas perros vi que a charly le ponia como una especie de sobretodo que decia maltratado abandonado y los demas perros no los llevaban y yo me pregunto porque despues se lo llevan un grupo a una jaula obviamente el pobre charly se enfermo y la supuesta cuidadora lo tuvo que ir a buscar y cuando charly esta muy mal vomita sangre entonces eres un perro increible que sarcastigo esta señora lo habra querido de verdad porque yo se que los españoles son frios como toda europa no tienen sentimientos no sufren ni padecen y todavia se atreve a decir que charly es un pobre chucho chuchos son todos los españoles
ResponderEliminar